Este día nos levantamos pronto ya que habíamos quedado con Jesús Rubio el teniente de alcalde del municipio que también alquila patinetes para poder navegar el bonito Pantano del Cenajo. Tras una interesante charla con este hombre tan dispuesto a dar a conocer su municipio y sus bondades, nos subimos a este curioso cacharro y como tantas otras veces nos pasa en las aventuras de Kyrios Educación, nos convertimos durante el resto de la mañana en unos auténticos chiquillos, sintiéndonos unos marineros avezados navegando en el más recóndito y bello de los parajes.
Pudimos disfrutar con las diferentes especies orníticas que salieron al paso de nuestro patinete rojo y comprobamos la espera tranquila de las Garzas reales, digiriendo el último pez ingerido, la formación en parejas de las Ánades reales que estaban en pleno cortejo nupcial, al igual de los Somornujos lavancos que como apuestos galanes se sumergian hasta el fondo del Pantano para coger plantas que entregan a sus parejas para agradarles, o el vuelo ágil del Águila perdicera buscando alimento ayudada por la inercia de las corrientes térmicas.
Además disfrutamos de los bellos paisajes y de la compañía de un miembro singular del equipo que siempre nos acompaña en las actividades de exterior y que esta vez vivía la experiencia entre la placidez del sol matutino y el temor del agua que le rodeaba: Nuestra perra Lobita.
Cuando ya estábamos convencidísimos de que efectivamente Socovos era el sitio para la variante fija de nuestro Campamento Responsable, cuando ya desmontamos nuestra tienda cargados de colores, experiencias, aprendizajes, ideas, personas, sabores, olores, sonidos, cuando nos habíamos despedido ya del amable personal del Camping El Cañar, aún este mágico lugar tenía preparada una sorpresa fabulosa para nosotr@s. Gracias a la mediación de Jesús Rubio, pudimos contactar con 'los maleta' una asombrosa pareja de padre e hijo que desde hace más de 30 años han estado recopilando, coleccionando, y clasificando fósiles por toda la comarca y que atesoran hoy día una impresionante y valiosísima colección de los seres vivos de los primeros balbuceos de nuestro Planeta, que exponen al público de forma totalmente altruista en su vivienda.
No sabíamos que nos impresionaba más, la cantidad y valor de las muestras alli expuestas o el valor humano, la constancia, la divulgación de aquel padre y aquel hijo...
Y finalmente llegó el momento de despedirnos hasta Agosto de esta tierra desconocida hasta entonces por nosotr@s, pero que sin duda por tantos y tantos atractivos como las personas que habitan sus tierras, su historia, su fauna, su flora, su geología y orografía... su conjunto en definitiva, es una tierra que se ha ganado un trozo de nuestro corazón y donde estamos deseando poder vivir esa trepidante experiencia del Campamento Responsable este verano.
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